28 Sep los mejores atletas del mundo
Si te digo Usain Bolt probablemente te resulte un nombre familiar, igual a sí a priori no sepas ubicarlo, pero como que te suena de algo.
Sí, ya has caído, el corredor más rápido del mundo.
Si te digo María Lorena Ramírez, a lo mejor piensas que te voy a hablar mismamente de mi prima o de alguien que tal vez no conozcan casi ni en su casa.
No, no pienses más, no vas a caer. Porque si conoces a alguien que se llama igual seguramente no nos estemos refiriendo a la misma persona.
María Lorena Ramírez es una corredora de ultramaratón que ganó la medalla de oro. Se hizo 50 km corriendo con unas sandalias muy basiquitas, también conocidas como huaraches.
Orlando Jiménez, el organizador de la carrera que María Lorena ganó, comentó que ella no traía muchos de los accesorios que portaban otros competidores como geles, alimentos o “esos tenis carísimos que todos llevamos para correr en la montaña”.
Ella solo llevaba una botellita de agua, su gorra y una pañoleta en el cuello. Aparte de por supuesto, las ya mencionadas huaraches.
Lo curioso de nuestra protagonista es que no le supuso ningún esfuerzo especial hacerse 50 km corriendo. Porque ella es tarahumara.
¿Qué es qué?
Tarahumara o también conocidos como rarámuris.
Sí, lo más probable es que estas palabras no te suenen en absoluto.
Y sí, lo que te voy a contar a continuación te va a hacer pensar que estoy tarada o que los rarámuris son muy raros.
Se trata de una comunidad indígena de México cuyo eje central en su estilo de vida es simplemente correr. O dicho en otras palabras, casi todas sus actividades están relacionadas en torno a la carrera.
Ahora mismo, te estarás preguntando ¿Pero qué me estás contando?
Pues sí, tal cual te lo cuento. De hecho tarahumara significa “los de los pies ligeros”. Y rarámuri, proviene de la unión entre rara cuyo significado es pie y muri que es correr.
No es nada nuevo y mucho menos raro que una persona rarámuri se presente a competiciones atléticas. Ya en 1928 en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam dos tarahumaras tras terminar una maratón dijeron que los 42 kms se les habían hecho demasiado cortos.
Es llamativo de los tarahumaras o rarámuris que no entrenan para las competiciones, sino que simplemente están siempre entrenados por su particular estilo de vida.
Estos indígenas se dedican fundamentalmente a la agricultura y la ganadería y, es habitual, que el pastoreo les incluya una buena sesión de running en las montañas.
El trail running es su pan de cada día, o más bien es lo que les hace ganarse el pan cada día.
La zona que habitan; “Las Barrancas del Cobre”, es conocida por ser una zona montañosa de difícil acceso, incluso, con bastantes caminos de cabras y zonas difícilmente transitables.
Y ese es el caso de nuestra protagonista, ¿Te acuerdas de María Lorena Ramírez? Ahora sí, ¿eh? Pues ella se dedica a cuidar de sus vacas y cabras y suele caminar tranquilamente unos 15 kms diarios con sus animales.
Uno de sus juegos comunitarios favoritos son las carreras de bola. Todo el mundo en la comunidad juega a las carreras de bola. Da igual la edad y el género. Patean una pelota rudimentaria y la meta es ver quien la alcanza primero, normalmente lo que se juegan es comida. Pero lejos de tener una pretensión competitiva es tan solo una forma de divertirse, ya que luego suelen compartir juntos el premio .
Los rarámuris o tarahumaras son, probablemente, los mejores corredores del mundo así que seguro que tienen súper desarrollada esta habilidad
¿Cuál?
¡La propiocepción!
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No es de extrañar que los competidores rarámuris se quejaran de que se les había hecho corto el maratón, ya que en estas carreras de bola llegan a correr incluso hasta 90 kms en un solo juego.
Es muy interesante que no solo las propias palabras tarahumara y rarámuri estén relacionadas con correr, sino que incluso la terminología de su lengua hace referencia semántica a palabras relacionadas con la carrera.
La comunidad tarahumara siempre ha intentado mantenerse al margen de los chabochi (el término que emplean para denominar a todas las personas que no pertenecen a su comunidad) y la manera en que lo han conseguido ha sido a la carrera. De hecho chabochi significa los que causan problemas.
No es difícil deducir pues, que no han sido muchas las personas ajenas a la comunidad las que han tenido la oportunidad de conocerlos bien y convivir con ell@s.
Una de estas personas fue Cristopher McDougall, quién escribió el famoso libro “Nacidos para Correr: La Historia de una Tribu Oculta, un Grupo de Súper Atletas”.
En su estancia con la tribu de tarahumaras descubrió cosas como la siguiente:
“Hay algo tan universal en esa sensación, la forma en que correr reúne dos de nuestros impulsos más primarios: el miedo y el placer. Corremos cuando estamos asustados, corremos cuando estamos extasiados, corremos huyendo de nuestros problemas y correteamos en busca de diversión.”
Otra de las personas que compartió tiempo conviviendo con ellos fue el poeta Antonin Artaud, quién en 1936 decidió viajar a México en busca de la sabiduría ancestral a través del pensamiento primitivo. O en otras palabras, Artaud buscaba la reconexión con la naturaleza y su sabiduría.
En el libro “Los Tarahumara” relata las experiencias que tuvo allí, tales como las ceremonias del Peyote, planta que él mismo pudo experimentar en un viaje iniciático.
Así en una de sus cartas escribió: “No me parece malo […] que alguien vaya a investigar lo que queda en México de un naturalismo en plena magia”.
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